Clan Trouzengard

El Clan Trouzengard nació el 15 de julio del año 1400, originario de Melbourne, Australia. El primer híbrido y jefe de éste fue Eithan Kurtz, mitad mago mitad lobo. Luego el apellido se fue alterando debido a los matrimonios.
El castillo situado en Australia actualmente, es utilizado como refugio. Allí viven Craig y Leonie Karkarov, los padres de Liam Roderick Karkarov, jefe actual del clan Trouzengard.
Craig y Leonie tuvieron tres hijos Liam (el mayor), Chris (el del medio) y Luke (el menor).
Liam vive junto con sus hermanos y más de quinientos híbridos en el castillo Trouzengard de Inglaterra, mucho más grande que el anterior.

Castillo Trouzengard.

Liam Karkarov, al ser jefe, es el único híbrido que tiene la posibilidad de convertir a humanos y magos en mitad lobo, con una mordida profunda. Para hacer ésto se lleva a cabo un ritual en las mazmorras del castillo, en la que deben estar presentes otros híbridos pronunciando las palabras correctas.
Al convertirse, no tendrán autocontrol, para ello están los entrenamientos.
Liam es un híbrido "profesional" de nivel diez (el máximo) más uno (conversión en jefe).
Todos los híbridos poseen la misma marca en el brazo derecho, excepto el jefe que tiene una diferente. Ésta se formará a medida que van ascendiendo en los niveles.


Marca del jefe

Marca de los súbditos

El entrenamiento de híbridos se lleva a cabo en los jardines del castillo, habiendo diez de éstos. 
Túneles que conectan a los jardines
Jardines por niveles de entrenamiento
  1. Transformación en lobo y viceversa. 
  2. Prueba de velocidad.
  3. Prueba de saltos y escalada. 
  4. Prueba de vista, oído y olfato agudizados.
  5. Media transformación.
  6. Prueba de caza de animales pequeños.
  7. Prueba de caza de animales de gran tamaño.
  8. Caza real.
  9. Enfrentamiento con un híbrido del mismo nivel.
  10. Duelo final con otro híbrido de nivel diez. 
El ganador de éste último formará por completo su marca. El perdedor deberá cursar nuevamente el nivel diez hasta ganar. 




Características de los híbridos
  • Vista, oído y tacto agudizados.
  • Fuerza extrema. [Tanto humana como lobuna]
  • Envejecen lentamente. [Esperanza de vida: 1000 años aproximadamente]
  • Media transformación. [Siendo humanos podrán utilizar su otra forma, por ejemplo: garras, hocico, cabeza, etc.]
  • Posibilidad de volver a la forma humana con vestimenta, en el caso de mago mitad lobo, utilizando el hechizo: Lupuswear. [El hechizo se utiliza de modo no verbal, simplemente se debe pensar]
Historia
El frío invernal de la noche no lo afectaba, el calor que emanaba de su cuerpo lo mantenía con la temperatura adecuada permanentemente, tal es así que hasta sus pies podrían andar sin calzado por la niebe que cubría casi todo el césped. Ésto le permitía andar ligero de ropa y por lo tanto escalar con más habilidad sobre los árboles tan traicioneros a los que acostumbraba subirse. Por otro lado, su agudizada vista le brindaba la capacidad de aventurarse por el bosque sin problema alguno, además, gracias a ella, podía divisar a criaturas indeseables desde una distancia relevante y así llegar a esconderse a tiempo.
Sus padres no le permitían meterse en problemas, es decir, era solamente un niño de 6 años en el que comenzaban a despertarse nuevos instintos.
— Rod.... ¡Roderick! —Gritó la madre desde la gran puerta que daba al bosque, iluminada por dos grandes postes a los lados, con antorchas en la puntas.— El entrenamiento ha terminado... es tarde. —Explicó con seriedad y mirada desconfiada hacia los alrededores.
El pequeño asintió y corrió hacia los brazos de su madre. Ambos entraron al castillo y tras ellos la puerta se cerró. Los guardias colocaron suficientes cerraduras elaboradas con madera de roble y el metal de las minas que se encontraban a 140 kilómetros del castillo. Por supuesto que aquello estaba dentro de las cercanías de éste, ya que ocupaba más de seis hectáreas, sin contar las propiedades de los diez bosques.
Años anteriores, el castillo, reconocido como Trouzengard, mantenía un aspecto vivo,  adornado con flores silvestres y hasta exóticas en el invernadero; pero todo aquello fue muriendo a medida que el embarazo de Leonie avanzaba.
El tiempo de gestación de una loba es aproximadamente de 63 días, la duración necesaria para llevar aquel aspecto vivo del castillo Trouzengard a la perdición. Guardias, jardineros, enfermeros, cocineros y miembros de la comunidad hicieron todo lo posible para salvar la vida de su hogar, pero el tiempo había cesado y el niño ya había nacido.
A medida que crecía el castillo tomaba aspecto lúgubre, pero a la familia Karkarov no le importaba, después de todo, por parte de los hombres así les gustaba, las únicas que presentaban quejas eran las mujeres.
Con la vida del castillo también se fue la del jefe del clan, Eithan Kurtz, con sus 258 años. Con ésto el clan entraba en una crisis, en la que no había herederos, ya que Eithan no tuvo hijos ni esposa, ni siquiera algún primo o hermano vivo.
La tradición convertida en norma irrevocable de los clanes de híbridos es que para poder ser jefe de un clan, debe asesinarse al actual; es decir, un híbrido con las habilidades correspondientes debería asesinar al jefe de un clan para convertirse en éste, pero en el clan Trouzengard no había jefe ni híbrido mayor de edad semejante.
Un clan sin jefe era vulnerable frente a otros y debían buscar a alguien que pudiera suplantarlo, alguien capaz de tener las habilidades de un verdadero 'macho alfa'.
En esta parte de la historia es donde ingresa el pequeño Roderick. Un híbrido promedio se desarrolla a partir de los 12 o 14 años, pero Roderick lo había hecho a partir de los 6, y por este motivo es que comenzó los entrenamientos, los cuales eran cada vez más estrictos, debido a que la crisis cada vez se acrecentaba más.
— Craig... no creo que sea conveniente... es sólo un niño... —Confesó Leonie con preocupación acerca de Roderick.— Nuestro niño... —Aclaró a su esposo y padre del mismo.
— Lo sé, cariño, pero ambos sabemos que él es el indicado... nunca se vio tal avance a tan corta edad... sólo Eithan Kurtz desarrolló sus habilidades en su niñez, y tenía ocho años. —Explicó con seriedad mientras daba vueltas por la habitación, también con gesto preocupado, pero sabía que no había vuelta atrás.
— Roderick tiene seis años, Craig Karkarov... ¡Seis! —Exclamó abriendo sus brazos, incrédula por los comentarios de su marido.
— Y él será mucho mejor, por supuesto... mucho mejor que Eithan, que en paz descanse. —Dijo mirando al cielo, con el gesto más calmado.
Los días pasaron, al igual que los meses y los años. Los entrenamientos de Roderick solamente quedaban pendientes cuando asistía al colegio Durmstrang, de magia oscura y hechicería, a la edad de 12 años. Tuvo excelentes calificaciones, pero fue expulsado en el cuarto año, tras asesinar a un alumno de séptimo curso, debido a épocas de hambruna, en la que no le permitían cazar para poder controlarse. Sin embargo, su sed siempre fue insaciable, desde que estaba en el vientre de Leonie, ésta debía cazar el cuádruple durante aquellos 63 días.
Días después, ingresó al colegio Hogwarts de magia y hechicería en la casa Slytherin, con el nombre de Liam Karkarov, ya que el fiel director no aceptaría a un asesino y todos conocían lejanamente la historia del joven Roderick.
A los 18 años, Liam comenzó los entrenamientos por niveles. Prácticamente pasó su adolescencia dentro del castillo Hogwarts y, en las vacaciones, en el castillo Trouzengard australiano, entrenando todos los días.
Para ese entonces habían elegido a un jefe provisorio, que era el híbrido mejor calificado del castillo, Alaric.
Terminados los entrenamientos, llegando al nivel diez, debía estar preparado para enfrentar al jefe provisorio. Y así fue, en el último jardín, en la medianoche, Liam enfrentó a Alaric y lo asesinó sin ningún problema... su sed era tan insaciable que drenó toda su sangre.  Al término de tal acto, fue proclamado jefe del clan Trouzengard de híbridos.
Pero no fue suficiente la sangre de Alaric. Se transformó con rapidez en el reconocido lobo blanco de enorme tamaño y corrió sin previo aviso hacia un pueblo cercano al castillo. Asesinó a cada hombre, mujer y niño que había allí, profundizando aún más la llama de sus ojos rojos y manchando sus colmillos de sangre fría.
Aquellos días fueron reconocidos como 'Las masacres de Roderick'... pero para ese entonces ya no necesitaba limpiar su nombre, había finalizado el colegio y comenzaba una nueva Era en la que él era el rey y nadie podría ordenarle, o siquiera sugerirle, donde saciaba su sangre asesinando a todos los pueblos cercanos, adueñándose de sus territorios, convirtiendo a magos, brujas y humanos, agrandando el clan... su clan... Trouzengard.

En lo alto del poder:
El Clan Trouzengard era una compañía a la vez, si bien se trataba de entrenar a los híbridos descontrolados, también poseía a los más fuertes cazadores de toda Australia e Inglaterra. Debido a ésto, luego de unos años de su fundación, se acordó proveer de alimentos a los clanes menores, ganando así una suma importante de dinero; si bien no les hacía falta puesto que era una familia millonaria, no venía de más para abastecer a los híbridos del clan que no tenían recursos.
Estas y muchas responsabilidades más llevaba Liam. A la edad de cuarenta años, podía considerárselo como a un hombre de veintiuno, y ésto despertó intriga entre sus súbditos; pero la inmortalidad era algo que quería mantener en secreto.
Uno se pregunta cómo es que se consigue en este mundo paralelo de híbridos -mitad hombres mitad lobo, mitad  magos mitad lobo- pero lo cierto era que Liam, al ser el primer hijo de Leonie y Craig, recibió una de las virtudes más preciadas.
Ambos padres dieron a su primer hijo varón la posibilidad de la vida eterna, debido a que los dos eran híbridos completamente originales, de sangre totalmente pura... pero sólo una vez puede otorgarse aquel obsequio... sólo una vez puede darse la posibilidad de vivir para siempre, aunque para los demás ésto sea un secreto a motivo de una cuestión de estrategia, Liam Roderick Karkarov fue inmortal desde el momento en que nació.

ACTUALMENTE...
Liam Roderick Karkarov pasó más de viente años encerrado en su oficina luego de que Eleonor Horus fuese declarada desaparecida. No estaba al tanto de lo que ocurría con sus hijas y solamente se limitaba a que le informen si seguían con vida. Lo que sí importaba era su clan, y lo único que hacía era buscar métodos de defensa y seguridad para proteger el castillo. La última emboscada había sido hacía 17 años, y no hubo furia mayor que se desencadenara en el cuerpo del híbrido.
Cuando finalmente halló la forma de protección que buscaba para sus lobos, salió de la sala.
—¡Señor Karkarov! ¡Ha salido mi señor! —Exclamó uno de los guardias que custodiaba el pasillo.
—Bormann, trae a toda la guardia del castillo. Ahora —Ordenó sin expresión alguna e hizo un gesto tajante con la mano para que el híbrido se retirara.
Una vez reunidos los guardias, Karkarov explicó los nuevos métodos de invisibilidad para el terreno y los dominios de más allá de las hectáreas. Nadie podría ver al establecimiento, incluso aquellas personas que no son consideradas enemigas. Bormann realizó una lista de las excepciones y las dispersó a cada uno de sus compañeros.
—Nuestros niños y mujeres estarán a salvo. Sé que no están listos para defenderse y no arriesgaría a mi raza a una batalla sin experiencia —Terminó por decir.
—Señor... su madre ha muerto, señor Karkarov... —Informó el guardia Müller, en un murmullo. Nadie se había atrevido a golpear la puerta y anunciar dicha tragedia anteriormente.
—Bien —Respondió seguidamente—. A sus puestos, realicen los hechizos y reestructuren el castillo.

Los guardias se miraron los unos a los otros y, sin saber qué más decir, acataron sus órdenes.
Los indicios de que Roderick había vuelto eran muchos, y los dejaba en claro en sus acciones: luego de que el clan Dover haya sido disuelto, se encargó de irrumpir en los demás clanes, menores o mayores -pero inferiores a él- y así dominarlos para que se les una, o asesinarlos.
La única persona que despertaba en él una chispa de humanidad era Eleonor, y ahora que no estaba, volvió a ser el mismo que era antes de conocerla: un hombre completamente instintivo, sádico y destructor. El mayor asesino de todos los tiempos.

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Final alternativo
Liam Roderick Karkarov fue un híbrido que logró enamorarse por segunda vez, y no exactamente de dos mujeres; pues un lobo se enamora primeramente de la luna, y sólo tiene una segunda posibilidad para amar. Cuando esto pasa, el color de sus ojos se vuelve blanco en ocasiones.
La mujer que se adueñó de esta segunda situación fue Eleonor Horus, con la que tuvo dos gemelas perfectas: Corinne Cathrin y Agatha Christie. Sin embargo, a pesar de haberse casado, Liam no dejó de acostarse con otras mujeres en ningún momento, dando por sabido que su personalidad siempre fue así, y nunca cambiaría.
Con 1.032 años, conoció a otra adolescente que decía ser su hija, cuyo nombre era Arabella Roderika. Luego de realizar los estudios correspondientes y lo suficientemente avanzados, descubrieron que aquello era verdad; aunque, Liam no la aceptó como tal hasta el día de hoy.
Pasó los años viviendo en el castillo inglés con sus híbridos, esposa, e hijas -cuando digo hijas me refiero a las gemelas, pues Arabella había vuelto a su país natal junto con su madre gitana-, y a éstas últimas las entrenó hasta el décimo nivel.
Su vida siempre la dedicó a la jefatura, y no había cosa más importante que su empresa y sus híbridos, descartando a la familia que había formado con Eleonor, claro, pues esas tres mujeres eran una debilidad que protegía constantemente.
Por otro lado, como supimos con el correr de esta historia, un híbrido original promedio logra vivir no más de mil quinientos años. ¿Y qué ocurre si adelantamos este relato unos dos mil? Quizá, sería algo así:
Liam Roderick Karkarov, 2.500 años, un jefe híbrido con un clan Trouzengard renovado, con más de tres mil híbridos como miembros oficiales; todos muy jóvenes.
No tuvo más que tres hijas, y no pensó nunca más en ser progenitor. Su esposa ya no estaba, y las gemelas tampoco. La poca sangre que había dedicado a su corazón para que bombeara se había evaporado, ya no necesitaba tener sentimientos hacia personas ajenas, y mucho menos sentir felicidad por algún hecho.
Lo que un día fue un padre orgulloso, ahora volvía a ser un jefe híbrido que concentraba su esencia en una empresa y un clan.
Su postura y su semblante se conservaron completamente firmes y erguidos, como siempre había sido, y como siempre será durante toda la eternidad.